¿Qué tiene que ver la teología con la geografía? ¿como se relacionan? ¿Qué nace de ese cruce? Es lo que Pedro Pablo Achondo Moya intenta descubrir en su doctorado en Geografía en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.
Inició sus estudios de teología en la P. Universidad Católica de Chile; pero al terminar el primer año emigró a Brasil. Se licenció en la Facultad Jesuita de Belo Horizonte. Luego estudió Filosofía en Francia e hizo su magister en Teología Moral y Práctica en Centre Sèvres de París. Hoy, a los 40 años de edad, se instaló en Valparaíso donde dicta clases en la Facultad Eclesiástica de Teología de la PUC del puerto. Además escribe poemas y cuentos desarrollando su veta artística como sus dos hermanos.
La amistad
Hace dos años dejó de ser cura y religioso de los Sagrados Corazones pero no la teología la que cada día intenta profundizar. Acaba de dictar por teleconferencia un taller sobre la última encíclica del papa Francisco, Fratelli Tutti con total éxito. Hace asesorías, dicta clases, y escribe. La Iglesia Híbrida, su último libro, editado por San Pablo, le marcó un rumbo.
― Algunas personas que han leído su libro, comentan que la amistad es de lo que más gusta.
― Así me han comentado. Sucede que Iglesia híbrida es un libro de epistemología donde abordo los conceptos que usamos para pensar, soñar e imaginar la iglesia. Es híbrida, porque es una comunidad de mezclas que genera otras mezclas y nuevas formas. Además, ante todo, pienso que cualquier cambio estructural de la Iglesia no es posible sin antes haya una conversión de las cabezas.
“En este texto analicé tres matrices: el diálogo intercultural, que es el encuentro y diálogo entre culturas; la matriz ecológica, en el sentido de ver la naturaleza, su biodiversidad y de cómo funciona el mundo no humano; y la tercera, es la amistad.
“Buscamos ver cómo funciona la amistad en la iglesia, con todos sus límites, oportunidades y desafíos. No tanto de hermano y hermana que los reúne la fe, sino que como un grupo de amigos y amigas, que se pelea, que se perdona, que se quiere, que se distancia, pero que siempre está ahí.
“En esto no hago más que tomar en serio y profundizar en el sentido de las palabras de Jesús: Yo a ustedes los llamo amigos. Entonces, es como sacarle punta a esa intuición jesuánica e intentar pensar qué pasa con estas comunidades religiosas, parroquiales y pastorales, donde parece que la amistad siempre está como en segundo lugar. Como que los amigos los tengo en otro lugar, aquí tengo los hermanos de comunidad pero los amigos los tengo afuera”.
― ¿Hermandad y amistad, serían cosas diferentes?
― Una anécdota que viví en la congregación donde estaba: había un hermano que hacía hincapié en la amistad, y decía nosotros tenemos que ser amigos, tenemos que querernos más. Un cura se paró y dijo: alto, nosotros no estamos llamados a ser amigos, estamos llamados a ser hermanos. Si se da la amistad, bueno, es un regalo, un regalo de Dios, lo que quieras, pero eso es otra cosa.
“En ese contexto, yo decía: sí, es verdad; y todos decíamos: sí, toda la razón. Pero con el tiempo me fue haciendo ruido de que no aspiremos a algo más. Que con los amigos, por ejemplo, no intentemos generar un vínculo también espiritual o un camino de fe o un discipulado.
“Entonces, la intuición es que, quizás, mirando lo intercultural, las prácticas de la amistad, la amistad con Jesús, y el mundo de la ecología, podamos pensar otras estructuras eclesiales. Eso es como la punta de Iglesia híbrida. Y me refiero a otras pastorales, otros ministerios, otra forma eclesial».
Cambio
― El trabajar la amistad, en un ámbito más subjetivo ¿es una carencia que le faltó a la teología de la liberación?
― Efectivamente. Desde la filosofía o de la sociología hay grandes tratados sobre la amistad. Sin embargo, desde la teología, y en particular desde la teología de la liberación, hay un vacío. Y me atrevería a decir que es porque el acento estaba puesto en la lucha por la justicia, en la batalla contra la desigualdad, en la liberación del pueblo, en la liberación del sujeto.
“Es como lo que pasa hoy día con la ternura que Francisco intenta situar y que para muchos todavía suena como de segundo orden. En su encíclica, Fratelli Tutti, justamente habla de la amistad social, como encuentro entre lo diverso, entre los que pensamos distinto en el espacio público”.
― Desde otra perspectiva, ¿cómo la amistad contribuye al cambio de estructuras?
― Eso implica un esfuerzo imaginativo de creer que entre los amigos también se configura una Iglesia. O para llevarlo al plano más político, que entre los amigos también se configura una relación sociopolítica. No me cabe duda de que otras formas, más respetuosas, menos tramposas y manipuladoras de hacer política, pueden surgir desde la amistad. Mayor nobleza.
“Porque la gracia de la amistad es que podemos pensar distinto y no nos matamos. Al amigo lo quiero. Entonces, entramos en otra ética, más ligada a los afectos y, en consecuencia, más feminista. Es decir, más relacionado con el sentir y menos con la fuerza. La amistad no es obligación, mas los votos religiosos sí. Por eso yo no puedo obligar a ser amigos, pero sí puedo esperar ser hermanos. Yo no sabría decir ahora qué potencial tiene esto pero hay que seguir pensándolo”.
Práctica
― ¿De qué modo las prácticas concretas y reales que ha experimentado en la pastoral o en la política permiten avanzar en esta amistad social?
― En mi experiencia, desde muy joven, la práctica ha sido a nivel pastoral, social y con vínculos en el mundo no pastoral, es decir, un vínculo con la crítica, ateísmo, otras espiritualidades, el arte y lo alternativo.
― Explíquenos eso…
― Cuando tenía 21 años, y hacía mi postulantado en la congregación, en unas vacaciones tuve oportunidad de conversar con un joven judío. Nos encontramos en el camino y sentí que empatizaba mucho más con él que con hermanos de la comunidad. No me ha sido ajeno sentirme forastero en mi propia Iglesia.
“No quiero sonar hippie, pero en estas búsquedas más actuales, también hay puntos en común. Siendo yo católico, cristiano y que mi motor es Jesús y el evangelio, nunca vi problema. Porque así como comprendía al otro, era comprendido.
“Ahora, en política nunca me ha interesado militar, lo he pensado y no lo descarto, pero ahora nada. Creo mucho en otras vías y otros espacios políticos. Excepto que contribuyo con el senador Juan Ignacio Latorre, con quien somos bien amigos, pero estoy lejos de ser el “frei Betto de Lula”, aunque ellos nos inspiren.
“Nos juntamos cada quince días a conversar. Él pone los temas e inquietudes que analizamos. Nuestras conversaciones van mucho en cómo ser un hombre político, un senador al modo de Jesús, con preocupación por los más pobres y buscando cómo encauzar eso en políticas públicas y orientado al bien común. Ha sido un trabajo muy interesante e innovador, me parece.
“El Frente Amplio (donde milita el senador Latorre) es bien crítico y distante de la Iglesia. A mí me gustaría que hubiera más cercanía, que conociera la tradición de la teología de la liberación, que hay curas, monjas, laicos que son mártires en América Latina. Que conociera que hay un Romero que algo tiene que decirle a la política; que hay una filosofía de la liberación con profundas raíces cristianas”.
Neoliberalismo
― En Fratelli Tutti Francisco aborda las sombras de un mundo cerrado y formula, quizás, una de las mayores críticas que un papa ha hecho al sistema capitalista. ¿Comparte esto?
― En Laudato Si’ el Papa ya hace mucho de eso y en sus discursos más espontáneos recurre todo el tiempo a una crítica súper aguda al neoliberalismo. Digamos, al neoliberalismo y a todo lo que implica, como sistema socioeconómico, el mundo financiero y especulativo, ese aparataje gigante que domina al mundo. También al correlato más individual, es decir, al individualismo radical, al consumo, a la cultura del descarte y a todas las aberraciones que eso lleva, patriotismo exacerbado, xenofobia, zonas de sacrificio, etc.
“Creo que en este primer capítulo y en el segundo, las sombras que Francisco percibe en el mundo son bien oscuras y preocupantes. No son de ahora y tampoco de treinta años. Pero me llama mucho la atención. Yo esperaba después una cosa un poco más esperanzadora. Creo que Francisco tiene más claridad de las sombras que de las posibles luces”.
― Pero el primer capítulo termina con una parte de esperanza…
― Sí, pero la encontré corta, es como muy rápida, comparada con la parte de las sombras que es robusta, aguda, y le saca punta.
Contexto
― ¿Cómo ubica esta encíclica en el conjunto del pensamiento social de la iglesia?
― Hay una tradición riquísima en el pensamiento social y Francisco vuelve sobre eso, después de un Ratzinger, para quien lo social no estaba con tanta fuerza en sus temas, pues su preocupación era más bien eclesial y teológica. Francisco, que es muy social, manifiesta lo más rico de la Iglesia Latinoamericana, abre la iglesia al contexto social, una iglesia que tiene una voz dentro de la polifonía pública.
“En esa corriente, Francisco pone acentuaciones propias que vienen de su experiencia en las barriadas de Buenos Aires, de los jesuitas, de lo que él conoció viviendo la dictadura militar, de lo que pasaba en Chile y en los países vecinos. Entonces, es otra Iglesia, es otro rostro de Iglesia, con otras preocupaciones.
“Así, sus textos los leo en continuidad con Aparecida. Por ejemplo, Querida Amazonía, refleja otro modelo de conferencia en América Latina, aunque creo que sin quererlo, Francisco centralizó el papado en vez de descentralizarlo. Pero bueno, hay un trabajo por hacer”.
― ¿Hay en Francisco un sueño de alternativa política diferente?
― El Papa no tiene respuestas para todo ni da recetas. Pero destaca mucho a los movimientos populares, lo cual apareció en su discurso en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en 2015, que es hermoso, donde por primera vez él habla de tierra, techo, y trabajo.
“En Fratelli Tutti, repite: ustedes son los protagonistas, si hay alguna alternativa, viene de aquellos que han vivido una vida de resistencia, los que ya saben sobrevivir, los que ya saben luchar, los que son maestros de solidaridad, los que saben de organización de base. Y habla de los cartoneros, de hecho los nombra como los poetas sociales, que son los recicladores, barrenderos, artesanos… No es un programa político propiamente tal pero es hacer política desde ellos, a través de ellos, incorporándolos en la toma de decisiones, que también lo dice, lo cual puede generar otra forma estructural. Es otro foco de la praxis política”.
Críticas
― Hay gente que desde el progresismo eclesial es crítica de Francisco. ¿Cómo ve esto?
― Ah, sin duda. El problema, como lo hemos analizado en los conversatorios que hemos tenido sobre Fratelli Tutti, hay compañeros y compañeras que se han manifestado bien críticos de Francisco. Y Chile es un caso bien particular en esto, creo. A muchos les choca que el Papa hable de democracia, cuando la Iglesia es una de las instituciones menos democráticas. Ahí, sin duda, hay un problema del que hay que hacerse cargo porque le quita fuerza al discurso de Francisco y quizás a la misma Fratelli Tutti.
“Hay que considerar, también, que la institución está en un desprestigio total, que a la gente no le interesa lo que diga el papa. De hecho, él habla todos los días en redes sociales y con suerte permea a algunos en la Iglesia. No baja de los obispos. Ni a los párrocos llega.
“Entonces, la Iglesia de las puertas abiertas, la de armar lío, del hospital de campaña, no llega. Eso no quita que estamos frente a un papado histórico, único y hasta revolucionario. Mi pena sería que nos estemos perdiendo este momento histórico, sea porque queremos criticar al Papa porque es papa, o porque estamos viviendo una crisis eclesial y no somos capaces de ver lo bueno que está pasando”.
― El próximo domingo es la Jornada Mundial de los Migrantes y Refugiados, que el Papa pone como central en esta encíclica.
― Las claves de Fratelli Tutti tiene que ver con la dignidad, con la hospitalidad. Francisco habla mucho de los migrantes, pero yo creo que la hospitalidad está en el centro del cristianismo. Y es una virtud ética extraordinaria. La hospitalidad, llevada a su profundidad, es radical. La hospitalidad cristiana, es dejar entrar al inesperado. No sólo al extranjero, no sólo al migrante. Es mucho más, me atrevería a decir, que la hospitalidad cristiana está sobre la soberanía territorial y lo privado como paradigma. La hospitalidad invita a pensar el mundo de otra forma.
― ¿Y cómo se puede pensar la hospitalidad en el contexto actual chileno?
― Difícil. La dignidad me resuena mucho porque fue una de las consignas del estallido social. Y me pareció extraordinario que esa fuera la bandera de lucha: Hasta que la dignidad se haga costumbre, esa famosa frase de Estela Hernández del pueblo de Santiago Mexquititlan, en México. Creo que la solidaridad debe ser un pilar de hospitalidad y sobre todo debe estar presente en una constitución política.
Constitución
― A propósito ¿cuáles serían en su entender los mínimos comunes de una constitución política solidaria?
― Primero, que la participación tiene que multiplicarse. No basta con elegir constituyentes, y que estos sean cristianos o no. Eso no me preocupa. Me importa el vínculo que esa persona tiene con el barrio y con el territorio, con los trabajadores, con los pescadores, con los artesanos. Ese vínculo tenemos que construirlo entre todos y todas, sea en forma de cabildos, sea como asesorías permanentes y gratuitas. Sin ese vínculo, temo que esto vuelva a ser de una casta, por más diversa que sea. Eso sería un mal olfato político.
“Si hubiera que hacer algún trabajo desde la iglesia para elaborar la nueva Constitución, yo haría mesas de esperanza, por ejemplo. Si fuera obispo, abriría todas las parroquias, cuando pase la pandemia, todas las capillas, para que se transformen en verdaderas células sociopolíticas de conversación, de sueños, de discusiones, de debate con los vecinos, con los parroquianos, con la gente que quiera venir.
“Así, el constituyente tiene que seguir el vínculo, tiene que volver a conversar con la gente en las bases y decir qué es lo que está pasando. Nosotros le tenemos que decir bueno, tú dijiste esto. Mira, te redactamos esta carta, o esto no puede faltar, pelea este concepto, pelea esta ética. Hay que generar y multiplicar los intermediarios en los territorios con los futuros constituyentes”.
― ¿Y en cuanto a temas prioritarios para la Constitución?
El tema eco-social o socioambiental, la ecología. Te podría decir la paz social o el diálogo. Sí, de todas maneras, pero antes que todo, espero sinceramente que la nueva Constitución Política de Chile sea una constitución ecológica.
― ¿Qué significa eso?
― Hablo aquí de lo eco-social en sentido amplio, no sólo que sea una constitución verde o que en el fondo se respeten los derechos de la naturaleza. Por supuesto, pero no solo eso. Porque la ecología, bien entendida, toma todas las dimensiones de la vida, desde el consumo, desde lo que compro, lo que como, lo que boto, los vínculos con el medio y la vida no humana.
“Entonces, una constitución eco-social estaría, realmente, en vista de transformar toda esa estructura, de todos los vínculos de las dimensiones humanas. Cómo funcionan los desechos, la basura. Quién produce lo que compro, dónde llega ese dinero. Podríamos dialogar con comercio justo, podríamos dialogar con otras formas de producción, más amigables con el medio ambiente.
“Hoy día hay muchas alternativas, son pequeñas, pero son muchas. Desde la perma-cultura hasta huerto urbano. Y esto tiene fuerza, mucha fuerza, cuestionarse por ejemplo quién hace la ropa que yo compro. Eso es información mayor, porque significa, justamente, romperle las patas al mercado mundial y a estos productos que nos llegan de Taiwán, porque son más baratos, producidos de forma injusta por no sé quién. Entonces, eso ya no da para más. Ya pasó, ya vivimos ese paraíso, entre comillas, del consumo, donde encuentro lo que quiero donde quiero, a un precio irrisorio. Hoy día no. Hoy día hay que revalorar lo local, el trabajo, la dedicación”.
Discernimiento
―¿Qué ganó y qué perdió al dejar la vida religiosa?
― Pasa que me lo planteo de modo diferente. Yo creo que he hecho lo que Dios ha querido. Dejé la vida religiosa porque Dios quiso que yo dejara la vida religiosa. Estoy convencido de eso. No es, cómo decir, me fui no más. No, hubo discernimiento de la voluntad de Dios. A veces el camino de Dios produce quiebres, cambios, transformaciones profundas en la vida personal.
“¿Qué gané? Gané más libertad, más plenitud, más cercanía de Dios. La verdad es que viví una vida religiosa muy libre y un sacerdocio igual. No reniego de eso. Incluso, te voy a confesar, que si yo pudiera seguir siendo cura, lo sería; o sea, siempre lo voy a hacer. Pero si pudiera ejercer el ministerio, lo ejercería y no dudaría ni un segundo y me encantaría. Me encantaría que cuando mi abuelo falleciera, yo pudiera celebrar la cena del Señor con toda mi familia, porque lo siento vocacionalmente. Pero mi rol, por decirlo así, era otro.
“Creo que nunca lo he hablado desde que me retiré, hace dos años. Me fui ahogando de a poco, como sin vida. Asfixiado de todo un sistema. No por tema de celibato sino que de la estructura clerical, donde obvio que el celibato ministerial y la obediencia, son pilares claves. Y me pregunté ¿dónde voy a terminar si sigo así? ¿como un funcionario amargado? Quizás me demoré harto en llegar a ese punto, pero era el tiempo.
“Ahora, echo de menos la comunidad, la pastoral, también la comunidad de los hermanos, la gente. Es que ser cura te regala eso. Echo de menos la capillita de la esquina, soñar con la gente y hacer las locuras que hacíamos en La Granja, en Río Bueno, en La Unión, en Reñaca Alto y hasta en Francia, en Brasil. Pero claro, eso era tan original, que también era insustentable en el tiempo. Cualquier día, a mí me iban a agarrar y podía terminar trabajando en un colegio ABC1, pasándolo bien, haciendo muchas cosas, pero no sé si siendo feliz y no sé si dando vida, finalmente. Quizás jugando un rol, jugando al clero».
Ministerialidades
― Y si seguía de cura ¿tampoco habría escrito Iglesia Híbrida?
― Claro. Es un libro que no habría podido escribir dentro de la Congregación. Es fruto de un proceso de cambio de piel. Mira, habiendo vivido esto me gustaría que muchos compañeros y compañeras que han dejado sus congregaciones, la vida religiosa o el sacerdocio, que después como se alejan, hacen otras cosas, transformaran su nostalgia en una lucha justamente por abrir las estructuras, por ampliar la mirada. No voy a decir que es mi cruzada personal, pero claramente en Iglesia híbrida hay algo de eso.
“En este libro propongo otras ministerialidades. Desde la religiosa que preside la eucaristía, hasta la madre de familia que dé los sacramentos a sus hijos o nietos, o los curas casados y otras formas que se nos puedan ocurrir en el camino. Lo digo por un deseo espiritual, eso quiero hacer hincapié. No es un capricho. Es algo que siento como vocacional, que tiene que ver con Dios, con el seguimiento de Jesús y no veo ninguna contradicción.
“Hay mucha gente que ya ejerce esas ministerialidades pero lo hace a escondidas, y para no quedar en evidencia, nos clericalizamos rápido porque la figura del cura todavía tiene mucho poder.
“Entonces, cuando dejas el ministerio, te das cuenta de que te bajaste de un podio y ya no te llaman, no te preguntan, no te invitaban. Eres como el amigo pesado, que porque te fuiste de la fiesta, ahora nadie te quiere. Yo sentí eso con mucha fuerza y también lo sentí de algunos hermanos de la congregación. Pasado un tiempo hemos rearmado la amistad bonita que teníamos entre algunos”.
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Al concluir, Achondo vuelve sobre la relación de teología y geografía. Dice estar “fascinado con mi doctorado porque mi tesis es justamente de temas ecológicos, que son centrales en Geografía de este siglo. De lo que estoy aprendiendo de ecología, crisis eco-social y escenarios futuros, hago el cruce con la teología. Y eso ha sido súper fructífero. Fascinante. Me encanta estar en La Chile. Me encanta que sea un ambiente completamente no eclesial, y que sea una universidad pública, donde me he encontrado con gente valiosísima, que me ha acogido. Ha sido un acierto, realmente”.
[Entrevista de Aníbal Pastor N. 20/12/2020]
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