(IRLANDA DEL NORTE, 13/1/2021, KAIRÓS NEWS Y AGENCIAS).— Durante las últimas ocho décadas, 9.000 niños y niñas murieron en 18 hogares materno-infantiles de Irlanda, instituciones que eran administradas por el Estado y la Iglesia católica del país, que hospedaban a mujeres solteras para que dieran a luz sus bebés, según se desprende de un informe de la Comisión irlandesa de Investigación de Hogares Maternos e Infantiles y Ciertos Asuntos Relacionados (CIMBH, por sus siglas en inglés).
La entidad estableció que entre 1922 y 1998, alrededor de 56.000 personas (desde niñas de 12 años hasta mujeres de 40 años) fueron enviadas a estas instituciones, donde nacieron 57.000 niños. Uno de cada siete (15 % o 9.000) de esos menores pereció en los hogares. A pesar de altas tasas de mortalidad, registradas oficialmente, las autoridades no tomaron medidas para acabar con tales prácticas.
Al mismo tiempo, se encontró que entre 1934 y 1973 se llevó a cabo un total de siete ensayos de vacunas, en niños, violando las normas éticas. Aparte de eso, entre 1920 y 1977 los cuerpos de más de 950 menores, que habían muerto en estas instituciones de infancia, fueron enviados a escuelas de medicina universitarias para «estudios anatómicos».
Las mujeres ingresaban a esos hogares principalmente porque no tenían «otra alternativa» y muchas sufrieron «abuso emocional». El estudio apuntó a que «la atmósfera parece haber sido fría y aparentemente indiferente», mientras que las integrantes recibieron poca o ninguna atención prenatal.
El Informe
Este informe fue encomendado por el Gobierno irlandés en el año 2015 a una comisión de investigación y sus resultados difundidos ahora dejan en evidencia cómo jóvenes mujeres solteras embarazadas (56.000 en el período estudiado) fueron escondidas durante años de la sociedad.
El texto denuncia también la alta tasa de mortalidad infantil antes del año de vida, en los 18 centros estudiados, una cifra que el mismo informe califica de “espantosa”. El documento resalta que «cerca de 9.000 niños de estas instituciones murieron», es decir, cerca de «un 15 % de todos los niños que estaban en esos hogares».
La misión de estas instituciones era acoger a las niñas y jovencitas que eran rechazadas por sus familias que no tenían otra “alternativa”. Los niños que nacían eran considerados ilegítimos y eran normalmente separados de sus madres para darlos en adopción, rompiendo todo vínculo con sus familias biológicas.
Cabe indicar que durante 76 años, entre 1922 y 1998, en Irlanda se negó el derecho al aborto a las mujeres. No solo esto: a las mujeres solteras embarazadas se las sometía a encierro de por vida y les quitaban sus hijos. La película Filomena poco tiempo atrás conmovió al mundo con esta historia.
VER AQUÍ INFORME COMPLETO EN INGLÉS
Las autoridades se disculpan
El primer ministro irlandés, Micheál Martin, citado por la agencia AFP, declaró que el informe «abre una ventana a una cultura profundamente misógina en Irlanda durante varias décadas». «Teníamos una actitud completamente distorsionada hacia la sexualidad y la intimidad, y las madres jóvenes y sus hijos e hijas se vieron obligados a pagar un precio terrible por esa disfunción», sostuvo. Además de ofrecer disculpas oficiales por parte del Estado, Martin subrayó que la alta mortalidad infantil fue «uno de los hallazgos más profundamente angustiantes» de la investigación. «Una cruda verdad en todo esto es que toda la sociedad fue cómplice», señaló Martin. «Vamos a tener que enfrentarnos a esto y aceptarlo como pueblo».
El arzobispo Eamon Martin, figura principal de la Iglesia católica irlandesa, se disculpó «sin reservas» con los sobrevivientes de esos hogares, al reconocer que se ha sacado a la luz «un capítulo oscuro en la vida de la Iglesia y la sociedad», recoge la agencia Reuters (ver aquí).
Philomena Lee, una de las mujeres que estuvieron recluidas en ese tipo de ‘hogares’ y que pasó años buscando a un hijo al que se vio obligada a dar en adopción, dijo el domingo pasado en un comunicado que había esperado décadas por este momento. «Fuimos destrozadas, simplemente porque no estábamos casadas en el momento en que nacieron nuestros hijos», contó.
Las hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de la María, una Congregación de monjas que poseía y dirigía tres de los más grandes hogares de menores en Irlanda en el período analizado, reaccionó también a estas revelaciones.
«Nos causa mucho dolor la muerte de bebés mientras estaban a nuestro cuidado», escribió el grupo en un comunicado.
«Lamentamos sinceramente que tantos bebés hayan muerto, en particular en el hogar de Bessborough en los años 40 ( en 1943 falleció un 75% de los bebés de este hogar, según el informe). Y queremos también reconocer el terrible sufrimiento y las pérdidas que sufrieron las madres.»
Cambio de Arzobispo
Este informe coincide con el proceso de transición del nuevo arzobispo de Dublin, pues en los últimos días de 2020, el papa Francisco aceptó la renuncia Diarmuid Martin, quien se destacó por reparar la imagen de la Iglesia católica en Irlanda tras el escándalo de abusos sexuales. Será reemplazado por el obispo Dermot Farrell, de 66 años y titular de la diócesis de Ossory en el este de Irlanda y quien goza de prestigio por su acción pastoral y administrativa. «Es un hombre de mucha energía que no le tiene miedo a las reformas ni a las nuevas maneras de actuar», escribió el comentarista de asuntos religiosos Michael Kelly
Irlanda, un país de profundas raíces católicas, padeció uno de los peores escándalos de abusos sexuales por curas, revelado en años recientes mediante reportes del Gobierno. Según las averiguaciones, miles de niños fueron violados o abusados por curas o en escuelas administradas por la Iglesia, mientras altas figuras del clero encubrían las conductas y trataban de proteger la reputación de la Iglesia irlandesa. En ese sentido, el arzobispo saliente, Martin, quien fue nombrado arzobispo de Dublín en el 2004, trató de rectificar la conducta y reparar a la Iglesia local, defendiendo con vehemencia a las víctimas.
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